Muchas ganas tenía yo de visitar Puratasca, el local de tapas interesantes (gastrobar creo que les gusta, aunque la palabra tiene sus detractores) en Triana, así que ahí nos dirigimos. No sin algo de dificultad encontramos el local. Setentero, pequeño con la cocina vista y apetecible.
Mesas altas desnudas y servilletas de papel.
Las tapas están escritas en las paredes, hay donde elegir. En cuanto a vinos, también hay una variada oferta por botellas y copas, me decanté por los caldos del marco de Jérez y Sanlúcar de Barrameda y probé Manzanilla Atalaya (diferente, salina, intensa, buenísima), Fino La Panesa (uno de los grandes, espectacular) y Pedro Ximénez Reserva Barón (también muy agradable).
Cenamos:
-Ensaladilla de atún (verde, cremosa y con la patata machacada, directamente y desde ya, mi ensaladilla preferida)
-Arroz meloso con magret (muy acertados arroz y carne, delicioso)
-Vieira con espárragos y almendras (buen punto del molusco, sencillo y correcto)
-Hamburguesa dulce (curiosa presentación para un sabroso postre, disfruté)
La factura final estuvo en torno a los 28 €, que aunque la cena fue ligera, es muy adecuado.
El servicio, informal y amable.
Salí especialmente contento de este sitio, aplaudo este tipo de fórmulas, locales donde se come muy bien y se paga precios ajustados por ello. ¿Quién puede imaginar un sitio mejor para una cena informal?
Me quedé con ganas de probar más platos, todo apetece. Se nota que hay buenas manos detrás de esos resultados. A ver si cunde el ejemplo y aparecen muchos establecimientos como esta pura tasca, este puro disfrute.
Mesas altas desnudas y servilletas de papel.
Las tapas están escritas en las paredes, hay donde elegir. En cuanto a vinos, también hay una variada oferta por botellas y copas, me decanté por los caldos del marco de Jérez y Sanlúcar de Barrameda y probé Manzanilla Atalaya (diferente, salina, intensa, buenísima), Fino La Panesa (uno de los grandes, espectacular) y Pedro Ximénez Reserva Barón (también muy agradable).
Cenamos:
-Ensaladilla de atún (verde, cremosa y con la patata machacada, directamente y desde ya, mi ensaladilla preferida)
-Arroz meloso con magret (muy acertados arroz y carne, delicioso)
-Vieira con espárragos y almendras (buen punto del molusco, sencillo y correcto)
-Hamburguesa dulce (curiosa presentación para un sabroso postre, disfruté)
La factura final estuvo en torno a los 28 €, que aunque la cena fue ligera, es muy adecuado.
El servicio, informal y amable.
Salí especialmente contento de este sitio, aplaudo este tipo de fórmulas, locales donde se come muy bien y se paga precios ajustados por ello. ¿Quién puede imaginar un sitio mejor para una cena informal?
Me quedé con ganas de probar más platos, todo apetece. Se nota que hay buenas manos detrás de esos resultados. A ver si cunde el ejemplo y aparecen muchos establecimientos como esta pura tasca, este puro disfrute.
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