Un hotel fabuloso en un edificio idílico, eso es este establecimiento.
Las habitaciones y la atención están a un nivel muy alto. El resultado es que se disfruta muy especialmente.
Probé su buena coctelería, pero quería destacar aquí el desayuno.
Un bufé dulce y salado apetecible y cuidado, acompañado además de preparaciones calientes hechas al momento.
Entre las opciones, las obvias de cualquier hotel de categoría y algunas otras propias de la zona en la que se encuentra.
Buenas impresiones.
El precio de la habitación Deluxe Superior con desayuno incluido para dos anduvo por los 250 €.
Un lujo que darse alguna vez...
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