El reclamo de pescado fresco de calidad fue lo que nos llevó hasta este restaurante . Bueno, especialmente ese cabracho... El local es bonito, trata de ser un espacio marinero actualizado y con buen gusto. Destacaría especialmente lámparas y algunas de las sillas. Mesas bien vestidas pero demasiado próximas entre sí. Se nos asignó una redonda algo pequeña para tres comensales. Copas correctas. La carta ofrece cocina de mercado con cierto tono creativo. Mucho producto gallego, con protagonismo para pescado y marisco. No hay menú. En lo enológico, pocas pero interesantes referencias y a precios algo altos. Escogí un maravillosamente complejo Mara Moura 2016 (D.O. Monterrei) y un fresquísimo Dr. Loosen Riesling 2016 (Mosel, Alemania). Llega la comida: -Tartar de atún (aperitivo, rico) -Sashimi de atún rojo de Almadraba "pintoresco" (buen producto pésimamente cortado, salsas anodinas excepto la reducción de soja) -Salteado de puntillas, habitas y ajos tiernos (m
El blog gastronómico de El francotirador