La búsqueda de la cocina china auténtica siempre es objetivo, allá vamos... Local grande, con decoración oriental y algo descuidado. Frío. Mesas con manteles de tela. La carta es amplísima, y con concesiones occidentales, y la explicación imposible. Parece haber bastantes platos de pescado, pero quizá sea por encargo. Hay algún menú económico. Bebí Tsingtao , que me parece demasiado ligera, pero aquí apetece. Comí: - Wan tun frito de gambas (bastante rico, bien frito) - Dim sum de cerdo (planchadas por debajo, realmente buenas) -Ternera salteada (aunque está rebozada y frita, picante y muy agradable, pimientos y cebolla demasiado crudos) No tomé postre ni café. Pagué 23 €. Lo que pude probar me gustó , la verdad. Tanto espacio como trato no me satisficieron, pero creo que lo esperaba. Observo más autenticidad que en otros restaurantes, pero tampoco toda la que pretendía . Se puede probar, sin duda...
El blog gastronómico de El francotirador