En Menorca abundan los restaurantes de producto, y éste que nos ocupa lo es, casi un templo del pescado y el marisco fresco . La decoración y el mobiliario son de otra época, lo mismo se puede aplicar a sus manteles de cuadros, indescriptibles. La terraza en la que nos sentamos da al puerto, pero no a su parte más bonita precisamente. Mesas con esos horribles manteles y copas aceptables. La carta ofrece platos de cocina marinera, algunos de ellos muy personales. En lo enológico, lo imaginable, vinos locales y de grandes distribuidores. Me quedé con El perro verde 2010 (D.O. Rueda), un vino con carácter y expresividad, muy placentero. Cenamos: -Escurpiñas (media ración, crudas y con limón, nunca las había probado, simplemente bien) - Espardeñas (media ración, rebozadas y fritas, excelentes, pero las prefiero a la plancha) - Raya frita (técnica impecable y textura sorprendente, acompañada de unas patatas fritas que no olvidaré y de huevo frito, un plato notable) -Navajas (buen product
El blog gastronómico de El francotirador