Con la idea de una cena informal me acerqué a esta vermutería gastronómica , veamos. Local estrecho y algo incómodo pero decorado con mimo. Había pedido barra pero me tuve que conformar con en el espacio de la repisa contra la misma. Las camareras reconocieron el error y tuvieron varias atenciones conmigo. Así sí. Copas correctas. La carta es amplia y variada y está dividida en picoteo y emplatado . Cocina de mercado muy apetecible. Pocos vinos por copas entre los que elegí un Valtea 2015 (D.O. Rías Baixas), nada especial, y un Sierra de Cantabria Crianza 2012 (D.O.Ca. Rioja), correcto. Cené: - Ostra ahumada al momento (exquisita) - Patatas bravas (increíblemente rica, el plato emblema de la casa por méritos propios, con pimentón de Espelette) - Milhojas de txangurro (platazo, con raíz de loto frita y vegetales, gran acierto) -Buen de rabo de toro, higo, oliva, yogur e hinojo crudo (muy agradable, de los mejores que he comido últimamente, el hinojo crudo eleva el
El blog gastronómico de El francotirador