Nuevo restaurante interesante en la zona, había que probarlo. Bonito edificio a unos metros del mar . La terraza está integrada en él. Muy agradable. Decidimos comer en el interior buscando una climatización que no llegó. Mesas con inadmisibles, dado el lugar, manteles de papel y copas adecuadas. La carta ofrece principalmente mariscos, pescados y arroces . Hay un menú de 24 € sin bebida, pero optamos por la carta. En lo enológico, no muchas pero interesantes referencias a precios comedidos. Bebimos un muy fresco y aromático Modernista blanc 2018 (D.O. Terra Alta) y un untuoso y floral Ilercavònia 2018 (D.O. Terra Alta). Llega la comida: -Croqueta de rabo de vaca (casi solo la fibra, correcta, bien frita) -Mejillones al vapor (sabrosos, buen punto) - Fritura de pescado (técnica muy bien aplicada, un disfrute, abundante ración, servida con romesco y tártara) - Arroz de alcachofas y galeras (intenso sabor y adecuada cocción, un verdadero éxito) También probé el p
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