Tras unos correctos pinchos y unas cumplidoras ostras en Orio volvimos al Mercado de San Antón de Madrid.
Este tipo de establecimientos es muy atractivo para un buen número de personas y comprendo su éxito perfectamente. Vamos a ver qué podemos comer hoy.
Las navajas evidentemente mejorables pero muy agradables los calamares, una grata sorpresa.
Los ya alabados en este blog gunkan de erizo, que siguen exquisitos, y un pulpo a la gallega realmente flojo.
El foie a la plancha con compota de manzana sí que merece elogios (pese a ese cordón de balsámico).
Y para acabar quizá lo mejor, las croquetas de La Alacena de Víctor Montes. Probamos de chipirón, absolutamente espléndidas, y de Idiazábal, sabrosas.
Para beber esas cervezas Peroni que me gustan bastante.
Comida informal (y poco abundante) a unos 25 € por persona.
Tras esto, un café en el Areia, sitio de grandes recuerdos.
Ya echo de menos Madrid...
Este tipo de establecimientos es muy atractivo para un buen número de personas y comprendo su éxito perfectamente. Vamos a ver qué podemos comer hoy.
Las navajas evidentemente mejorables pero muy agradables los calamares, una grata sorpresa.
Los ya alabados en este blog gunkan de erizo, que siguen exquisitos, y un pulpo a la gallega realmente flojo.
El foie a la plancha con compota de manzana sí que merece elogios (pese a ese cordón de balsámico).
Y para acabar quizá lo mejor, las croquetas de La Alacena de Víctor Montes. Probamos de chipirón, absolutamente espléndidas, y de Idiazábal, sabrosas.
Para beber esas cervezas Peroni que me gustan bastante.
Comida informal (y poco abundante) a unos 25 € por persona.
Tras esto, un café en el Areia, sitio de grandes recuerdos.
Ya echo de menos Madrid...
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