Preparar un viaje (gastronómicamente hablando) es casi tan divertido como realizarlo. A veces, un restaurante apetece desde el principio. Ese fue el caso de Ratanà.
-Trucha del Monte Adamello con ciruelas, almendras frescas e hinojo salvaje (fresco y rico, matices conseguidos)
-Risotto alla vecchia Milano, gremolata, tuétano y jugo de carne (excepcional, tradicional y muy bien hecho)
-Tartar de vaca fassona, almendra tierna, arenque ahumado y vegetales asados (un tartar diferente, más ligero y acertado)
-Panna cotta de haba tonka, cerezas de Garbagna, esponja de chocolate y crujiente de chocolate y avellanas (un postre asombroso, con sabores muy marcados y un equilibrio inusual, absolutamente maravilloso)
Zona de negocios de la ciudad.
El restaurante parece una casa particular con una potente estantería de vinos presidiendo la sala.
Mesas desnudas y excesivamente juntas entre sí.
Servilletas de tela y muy buenas copas.
La carta ofrece un conjunto de preparaciones con materia prima excelente y toques de autor con base en la cocina de la zona. Todo muy sugerente. En lo enológico, carta muy cuidada y especialmente interesante con precios elevados, como en toda la ciudad. Opté por Derthona Vigneti Massa 2022 (Colli Tortonesi D.O.C), un monovarietal de timorasso que me cautivó por su estructura y su mineralidad. De los mejores vinos del año.
Comimos:
-Trucha del Monte Adamello con ciruelas, almendras frescas e hinojo salvaje (fresco y rico, matices conseguidos)
-Risotto alla vecchia Milano, gremolata, tuétano y jugo de carne (excepcional, tradicional y muy bien hecho)
-Tartar de vaca fassona, almendra tierna, arenque ahumado y vegetales asados (un tartar diferente, más ligero y acertado)
-Panna cotta de haba tonka, cerezas de Garbagna, esponja de chocolate y crujiente de chocolate y avellanas (un postre asombroso, con sabores muy marcados y un equilibrio inusual, absolutamente maravilloso)
Excepcional café final.
El personal se mostró amable, pero algo irregular.
Pagamos 75 € por persona.
Una gran alegría. Esa creo que sería la emoción que me provocó este restaurante.
Vi exactamente lo que se promete. Productos nobles del entorno, atención a las temporadas, muy buena mano en la cocina y una frescura muy acentuada.
Y valentía en aliños y presentaciones, que eso me encanta.
Cesare Battisti tiene la fórmula.
Iría muy a menudo...
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