Hoy he vivido una de esas grandes experiencias enológicas que te depara la vida. Un buen amigo, al que quiero y admiro, ha abierto una botella de Rioja Age 1939 y me ha llamado para que fuera a probarlo.
¿Cómo estaba? Pues muy bien, lleno de aromas terciarios (tabaco, cuero) y especialmente delicado, sin acidez ni astringencia en su paso por boca. Toda una experiencia, como decía.
No contento con ello, ha querido que degustáramos un Aurus 2000 (D.O. Ca. Rioja).
No seré tan explícito en la cata como en otras ocasiones, ha sido más informal, pero diré que es un gran vino, pleno de matices en nariz, destacando fruta negra madura y café. En boca, fruta madura, cacao y extrema elegancia.
Un vino muy largo y persistente, que deja sensaciones y emociones. Un espectáculo.
Para acompañar estos caldos, unos berberechos en conserva, de Los Peperetes, todo un placer.
¡Qué manera de alegrarme el día!
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