Dado que tuve la suerte de visitar Inopia , el ya mítico bar que Albert Adriá regentó en Barcelona, y la crítica que publiqué en su día en el 11870.com ya no aparece, he decidido recuperarla íntegra. Ahí va: Homenaje a las tapas Elegimos este bar por sus buenas críticas y (lo confieso) por contar entre sus dueños con Albert Adriá.Lo especial del sitio comienza antes de entrar en él. Apuntan nombre y número de comensales en una pizarra y debes esperar tu turno. Nos comentaron luego que existe la posibilidad de reservar en la única mesa, de 12 comensales, pero si no se llega a ese número se debe compartir, ahí se sirve exclusivamente un menú degustación. A la entrada te asignan el sitio libre, en nuestro caso la barra (creo que es lo mejor). El sitio parece un bar de toda la vida, baldosas coloristas, paredes firmadas, pizarras con las sugerencias, camareros simpáticos... Todo ello es parte de su encanto.En la carta, tapas clásicas con algún toque de vanguardia, todo muy apetecible, t