Visité este local hace unos años, cuando el apellido de "croquetería" permanecía en el título. Me apetecía ver la evolución y el pasado agosto pude comprobarla. El espacio ha tenido pocos cambios. La carta es variada y sugerente. Hay croquetas, pero menos. En lo enológico, carta muy corta y alguna referencia curiosa. Escogí Lengua azul 2018 (V.T. Extremadura), un tinto balsámico y ligero que me gustó. Cenamos: -Salmorejo de remolacha con picatostes (rico aperitivo, equilibrado) - Tataki de presa ibérica con pan de Cerdeña (deliciosa preparación casera sobre un ya de por sí muy buen producto, leve cocinado y aliño ligero que realzan la pieza) - Croquetas de carabineros y kimchi (muy sabrosas, presencia del marisco y cierto tono de kimchi base, un placer) - Hueso de tuétano asado con laminas de entrecot y guiso Sichuan para taquear (tuétano en un punto muy adecuado, carne potente y un guiso de verduras anodino, tortillas mejorables, conjunto correcto) -Tarta de queso que par
El blog gastronómico de El francotirador