Día lluvioso en Tarragona , necesitaba que una buena comida me reconfortara. Con esa idea atravesamos las calles del casco antiguo tarraconense hasta llegar al restaurante AQ . La sala es estrecha y larga, se unen a ella un reservado y una terraza cubierta (con alguna gotera pendiente de arreglar). La decoración es minimalista, elegante y con algún toque casi canalla, eso es lo que se busca y es resultado es bonito. Es raro hablar de la música de un restaurante, pero aquí bien se merece una mención, Manu Chao, Bunbury o Amaral acompañaron nuestra comida y eso se agradece. Mantelería de hilo, preciosas esculturas decorativas y copas mejorables en las mesas. Se puede elegir entre varios menús y carta, optamos por el menú "Intocables", 50 € con 5 € adicionales si se desea wagyu, que reúne clásicos de la casa. Solicitamos algún cambio y accedieron amablemente. La carta de vinos es corta y localista, pero esconde grandes caldos a precios comedidos. Asesorado por el sumiller, esc
El blog gastronómico de El francotirador