Volvimos a este restaurante con la idea de observar evolución. En lo que tiene que ver con el espacio nada ha cambiado. Mismo menú (esta vez a 42 € más IVA) y similar carta de vinos, de entre la que escogí Herencia Altés La Peluda 2016 (D.O. Terra Alta), fresco, estructurado y amplio. Comienza el menú: -Homenaje a los alimentos primarios (buen pan, sal que rallas tú mismo y aceites de la zona, Cal Portalé Llargueta del Pallars y Terral de Sant Isidre, todo muy rico) -Bastoncillos de pipas, xolís del Pallars con pan y tomate y almendruco (mismos aperitivos que en la anterior ocasión, correctos) -Foie con manzana (bocado goloso y bien pensado) -"Barreja" a la gelatina de vermut y naranja (faltaba algo de textura en la gelatina, buenas conservas) -Espacio huerto (diferentes texturas de frutas y verduras en un plato complejo pero efectivo) - Nuestro caballón de calçots (una preparación memorable, el plato típico llevado a la alta cocina con estilo y fidelidad, fantástica crema
El blog gastronómico de El francotirador