Sección Gourmet

 Un vino único: - Ad Libitum Monastel de Rioja 2019 (D.O.Ca. Rioja), monovarietal de monastel de Rioja con crianza de 11 meses en barricas nuevas de roble francés. Picota de capa alta. En nariz es contundente . Especias, maderas nobles y balsámicos. En boca es frutal y aterciopelado . Frutos rojos y negros, pimienta y algo de humo. Retrogusto medio. Fue un regalo, pero cuesta unos 14 €. Parece ser que con esta uva solo se hace este vino en todo el mundo y eso siempre apetece . En sí mismo es un producto correcto, con un paso por boca agradable y sabroso. Me gustó.

Volvía a este restaurante tras demasiado tiempo. Sin cambios, buena separación entre mesas. Mucha sensación de comodidad. Mesas bien vestidas y copas adecuadas. La propuesta es cocina de mercado con toques creativos , manifestada en carta y varios menús. Escogimos el de 30 €, que consta de varios entrantes y segundo y postre a elegir de entre varios bien interesantes. En lo enológico, carta corta y curiosa. Opté por Umami 2018 (D.O. Penedés), fresco y cítrico. Comimos: -Croqueta de jamón (fluida y crujiente, rica) - Crema de alcachofas con bacalao ahumado (buena textura, matices conseguidos) - Carpaccio de pulpo con crema de patata y alioli de azafrán (de nuevo este plato y de nuevo lo mejor de la comida, acierto completo) -Bao de muslo de pato, setas y manzana (con una mayonesa de setas, jugoso y sabroso, aunque la masa es mejorable) -Magret de pato con salsa de frambuesa (algo pasada de punto pero potente, buen producto) Además de esta opción había caracoles, corvina, cordero..

Vamos con un tinto valenciano: - Sentada sobre la bestia 2017 (D.O. Valencia), coupage de monastrell, garnacha tintorera, graciano, garnacha, tempranillo y malvasía con crianza mixta (diez meses, una parte en barricas, otra en tina y otra en acero inoxidable). Cereza intenso de capa media, ribete violáceo. En nariz es sugerente . Fruta roja madura, flores, cacao, maderas nobles y tostados. En boca es ligero y vivo . Balsámico y frutoso. Retrogusto medio. Costó unos 11 €. Un vino diferente y con mucha personalidad, y que además me parece buenísimo en su estilo . Un acierto de una bodega muy interesante. Me gusta hasta el nombre, vamos...

Zeke suele ser buena idea en Lleida . Quesos, chacinas y algún buen producto suelen ser sus opciones. Y una correcta carta de vinos. Esta vez, y en la terraza, optamos por un aperitivo ligero. Unos mejillones con cardamomo, algo pasados de cocción, y unos muy ricos y suaves calamares a la roman a. Para beber, una copa del correcto Alges 2014 (D.O. Costers del Segre). El precio fue algo más de 20 €. Buen trato y comodidad. Lo dicho, gran opción en la capital ilerdense.

Vamos hoy con un cava: - Mestres Gran Reserva Imperial Brut 2012 (D.O. Cava), coupage de xarel·lo, macabeo y parellada con 4 meses de barrica y 40 meses en rima en botella. Degüelle en octubre de 2017. Dorado con reflejos verdosos. Burbuja fina y escasa. En nariz es bien complejo . Fruta blanca, pastelería, fruta confitada, maderas nobles... En boca es fresco y untuoso . Muy buena y modulada acidez. Refrenda nariz. Retrogusto largo. Costó unos 19 €. Un vino impresionante, de los que te hacen recuperar la fe en los espumosos. Mestres suele ser sinónimo de disfrute y aquí vuelve a demostrarlo . Una pequeña maravilla.

Un fino de bajo precio: - Fino Donceles Cruz Conde (D.O. Montilla-Moriles), monovarietal de Pedro Ximénez con crianza biológica. Amarillo pálido. En nariz es delicado . Cítricos, levaduras, frutos secos y miel. En boca es seco y cremoso . Ligero. Refrenda nariz. Retrogusto medio. Costó unos 2 €. Impresionante. Un vino con alguna arista, pero en ese precio es un escándalo. Lejos de los grandes del género, pero con una ligereza y un equilibrio suficientes. Bien.

Un fino fino: - Solera Fina María del Valle en Rama (D.O. Montilla-Moriles), monovarietal de Pedro Ximénez con crianza biológica de unos 7-8 años bajo velo de flor en barricas grandes de roble americano. Amarillo oscuro. En nariz es muy elegante . Almendras, flores blancas y levaduras. En boca es salino, complejo y sabroso . Más frutos secos, tostados y hasta hierba fresca. Retrogusto largo. Costó unos 12 € en formato de 37,5 cl. Verdaderamente refinado por los años, seco, prolongado... Un vino excepcional, de los que sorprenden todavía. Qué inmensa alegría.

Había leído alguna cosa interesante sobre este restaurante y aproveché un viaje a Zaragoza para conocerlo. Alejado del centro y algo difícil de encontrar. Parece un antiguo pub irlandés, así que la decoración no está acorde. Las especialidades son carnes maceradas y cocinadas durante largo tiempo y licores creados por ellos mismos. Hay un menú, pero es para dos personas. En lo enológico, carta irregular con protagonismo para vinos aragoneses. Probé un mejorable Laminero 2019 (D.O. Campo de Borja). Comí: -Salmorejo (aperitivo, correcto) -Trampantojo de tomate (brandada de bacalao con gelatina de piquillo rojo sobre tierra de frutos secos y jamón, excesivamente tosco en su interior, esperaba más) -Canelones melosos de carrillera con salsa española y huevo a baja temperatura (media ración, sabor potente, pero textura a revisar, necesita un hilo conductor) - Panceta asada en cocción nocturna (8 horas a 80º) con piquillos y patatas caseras (carne muy sabrosa y bien cocinada) -Ganache

Murcia existe: - Campo Arriba 2014 (D.O. Yecla), coupage de monastrell, syrah y garnacha tintorera con 3 meses de crianza en barricas de roble francés usadas. Picota de capa alta. En nariz es frutal . Frutos negros y rojos maduros, flores y hasta un punto mineral. En boca es intenso y profundo . Mucha fruta. Retrogusto largo. Fue un regalo, pero anda por los 11 €. Un vino interesante de una región que sorprende. Potente y a la vez equilibrado, pero siempre con la fruta por bandera . Muy agradable.