Sección Gourmet

Desde que fui a Lamian tenía ganas de conocer la cocina de Julio Zhang (Yong Ping Zhang) en toda su expresión. Y por fin Soy Kitchen . El local es agradable, aunque quizá algo desangelado. Colores, telas y maderas nobles. Lo mejor es el protagonismo que se le da a la visión de la cocina. Mesas desnudas, con buena distancia entre sí y copas adecuadas. Aquí hay cocina china, pero según la entiende el chef. Se ofrecen menús que varían según comida o cena y número de pases (entre 55 y 65 €). Elegimos el Menú Julio de 8 pases (65 €) con la idea de apreciar la creatividad del chef en toda su expresión. No se nos ofreció carta de vino sino que el sumiller, teniendo en cuenta nuestros gustos y el menú, optó por una botella y accedimos. No suele ser mi método, pero a veces es interesante. El elegido fue Domaine de Pallus Messanges Rouge 2017 (Chinon A.O.C.), fresco y versátil. Para el postre probamos  Edetària Dolç 2012 (D.O. Terra Alta), equilibrado y aromático, y  Sitta Pereiras 2018

Hoy toca Argentina: - Amalaya 2017 (Salta), coupage de malbec, syrah, tannat y petit verdot con crianza. Color rubí oscuro, ribete violáceo. En nariz es expresivo . Fruta roja, especias, violetas y toques salinos. En boca es fresco y equilibrado . Persisten fruta y especias. Buena estructura. Retrogusto medio. Costó unos 12 €. No es el mejor argentino que ha pasado por aquí, pero lo he disfrutado. La densidad y la frescura se unen en cada trago y eso es mucho. Amalaya significa "esperanza por un milagro" en lengua local. El milagro es un viñedo a 1800 metros de altura en el desierto de Cafayate. Y que el vino, además, está bueno.

Más Valencia: - Casalabor 2017 (D.O. Valencia), monovarietal de Miguel del Arco con 14 meses de crianza en barricas de roble francés de 500 litros usadas. Picota de capa media, ribete violáceo. En nariz es elegante . Aparecen notas florales y de fruta negra madura. En boca es equilibrado y suave . Taninos ligeros. Persiste lo expresado en nariz. Retrogusto medio. Fue un regalo, pero cuesta unos 13 €. Rafael Cambra es siempre un acierto , y aquí también. Estamos ante un vino ligero, muy agradable y que se puede beber en casi cualquier compañía. Y además sirve para recuperar una variedad en desuso, lo cual es maravilloso.

Tengo a los productos navideños del Lidl , todos ellos envasados bajo la marca Deluxe, por una compra segura. Los fabricantes son distintos así que la calidad es desigual, pero el nivel medio es bastante correcto. Uno de los que más me gusta es la crema de alcachofas , un untable con buena textura y mejor sabor. Resulta muy útil, además, en la elaboración de aperitivos sencillos para comidas familiares. Cuesta entre 1 y 2 €, según promociones, lo que me parece muy adecuado. No en vano, el precio es uno de los atractivos de toda esta gama de productos . En definitiva, especialmente recomendado.

Un txakoli muy especial: - 42 by Eneko Atxa 2015 (D.O. Bizkaiko Txakolina), monovarietal de hondarribi zerratia criado diez meses en tina de roble francés de 5000 l. y posteriormente madura varios meses en botella. Amarillo dorado con reflejos verdosos. En nariz es intenso . Presenta aromas de fruta blanca y cítricos, también tostados y algo de panadería. En boca es fresco y potente a la vez. Aparecen manzana, fruta tropical y ahumados. Retrogusto medio. Costó unos 16 €. Un vino muy especial, recuerdo de un cocinero también muy especial. Personalidad al servicio de una idea. Este vino ha recibido reconocimientos importantes y seguramente no es para tanto, pero está realmente bueno.

Un vino de precio amable: - Prisma Garnacha 2017 (D.O. Calatayud), monovarietal de garnacha con dos meses de crianza en barricas de roble. Picota de capa media-alta, ribete violáceo. En nariz es curioso , desplegando notas de fruta roja y negra y especias. En boca muestra estructura y elegancia . Refrenda la nariz. Retrogusto medio. Costó unos 6€. No habías probado nada de Paco Mulero pero este vino, en su precio, me ha gustado mucho . No es frecuente un producto así por ese dinero. Grata sorpresa.

Otro moscato: - La Bruciata Moscato d'Asti 2018 (Moscato d'Asto D.O.C.G.), monovarietal de moscato bianco vinificado por el método charmat y con la fermentación cortada. Color amarillo pálido con reflejos verdosos. Burbuja fina y sutil. En nariz es bien expresivo . Frutas y flores blancas, ligero tono de hierbas, fruta blanca y amarilla y pastelería. En boca es fresco y dulce . Mucha fruta blanca y también tropical y algo de mantequilla. Retrogusto medio. Costó unos 10 €. Gran vino para los amantes de los moscatos, que no dejan de crecer. No es el vino que más disfruto pero reconozco que es uno de los mejores que he probado. Dulzura y elegancia.

Regreso a un local estupendo, Sala de despiece . Aperitivo rápido, pero siempre eficaz. Nada que añadir sobre espacio y concepto. Probamos el asombroso chuletón cenital , que me sigue encantando, y unas mollejas de ternera con salsa de ostras, mostaza y cebolleta que estaban deliciosas. Para beber, ÀN/2 2017 (I.G.P. Mallorca), que no falla, y Dido "la Universal" 2017 (D.O. Montsant), sabroso y equilibrado. Lo dicho, un sitio al que volver y volver...

Un postre líquido: - La Cilla (D.O. Jerez-Xérès-Sherry), monovarietal de Pedro Ximénez vendimiada pasificada, encabezado y envejecido cinco años en botas de roble americano mediante el sistema de soleras y criaderas. Caoba oscuro, ribete yodado. En nariz es expresivo . Predominan chocolate, pasas, café, madera, dátiles... En boca es untuoso, dulce y delicado . Persisten chocolate y pasas, aparece vainilla. Retrogusto largo y agradable. Cuesta unos 13 €. Menos sorprendente que otros, pero muy equilibrado y cumplidor . Ideal para chocolate y también para caza. Barbadillo suele dar muy buena gama media. Solo hay que buscar la ocasión y disfrutarlo.

Otra vez la noche madrileña, capaz de lo mejor y de lo peor. Pero aquí solo hablaré de lo mejor. Por fin pude entrar en Salmón Gurú . Las colas me habían alejado, pero esta vez no eran terribles. El sitio me encanta, transgresor y divertido . Los sillones, eso sí, no son especialmente cómodos. Probé un Old School Funny y me maravilló . Ginebra, Campari, Martini Rubino, amontillado y oporto tawny reposado un año en barricas usadas para jereces. La locura. Quizá el mejor cóctel que he probado nunca. Me gusta el detalle de servir agua y el de poner patatas fritas. Diferencias que suman. 12 €, sí, pero excelencia. Volví a Del Diego y a su Tom Collins. Creo que esta vez estaba algo más dulce de lo que lo recordaba. 10 €. Esta casa sigue siendo un sitio seguro, gran servicio, buen ambiente y clasicismo bien entendido. Nada mejor que un cóctel después de cenar. Y en Madrid más.