Vuelta a este restaurante sichuanés . Todo sigue igual, así que vamos a lo importante. Era la Fiesta de medio otoño y observé muchos grupos de inmigrantes celebrándolo. Me encantó. La carta es muy extensa, quizá más de lo que la recordaba, y sigue ofreciendo cocina de aquella región especialmente, aunque también de otras zonas de China . En lo enológico, carta algo más larga y muy desigual. Escogí Infiltrado 2018 (D.O. Jumilla), fresco y sedoso. Cenamos: -Berenjena meigan (fría y encurtida con verduras secas, ligera y realmente curiosa, me gustó) - Jiaozi cantonés de gambas (delicadísimo, una delicia, para comerte decenas) - Intestino de cerdo salteado con chiles (crujiente, picante y muy sabroso, excepcional) - Crujiente de raíz de loto (insisto en que este plato es una pequeña maravilla, probadlo) -Panceta al estilo de la abuela (panceta y huevos duros de codorniz lacados, la panceta queda tierna y con mucho sabor, tan goloso como pesado) -Pastel de luna (
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