Mawey Taco Bar, Madrid (II)

Volví a Mawey, aunque esta vez a su nuevo local justo al lado de la Gran Vía.
El espacio es más diáfano y agradable.
Mesas excesivamente próximas entre sí.
Manteles y servilletas de papel. Muy incómodo para esta comida.
Idéntica carta. Esta vez bebí cerveza mexicana, concretamente Modelo y Pacífico Clara. Ambas suaves y frescas.
Cenamos:
-Guacamole casero con totopos (canónico, impresionantes totopos, disfrute total)
-Quesadilla de huitlacoche con setas y crema de queso gamoneu (me reitero, buenísima)
-Tacos del gobernador con queso oaxaca y polvo de kikos (quizá lo recordaba mejor, pero sigue siendo un acierto)
-Tacos de carnitas de pato con mole rojo manchamanteles (el que menos me gustó, carne pasada de cocción, mole con menos intensidad de la esperada)
-Tacos de panceta glaseada con chipotle y tamarindo (exquisito, contundencia y magnífica textura)
-Taco de oreja y sepia con salsa de chile habanero (de nuevo la estrella de la noche, equilibrado y sabroso)
-Tarta de queso con panela y teja de almendra (diferente a otras, correcta)
No tienen café.
El personal anduvo amable y rápido.
Pagamos 34 € por persona.
Continuaron las buenas sensaciones de la anterior visita. Fernando Carrasco y Julián Barros han conseguido un formato de éxito en esta taquería creativa y actualizada y yo lo entiendo. Me lo paso muy bien con su propuesta.
Preferiría mayor grado de picante, pero asumo que no es comercial.
Totalmente recomendable.

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