Volvía a Les moles después de demasiado tiempo, pero todo llega... Recordaba la sala algo más clásica, esta vez me pareció un prodigio de comodidad y elegancia. Mesas bien vestidas y copas muy adecuadas. Jeroni Castell ofrece una cocina creativa siempre con la mirada puesta en ese privilegiado entorno en el que se encuentra el restaurante . Se ofrece carta y varios menús. Escogimos el Tradición (30 €) . En lo enológico, carta interesante y con mucho protagonismo para vino de la zona. El vino hecho para la casa, Les moles Blanc 2019 (D.O. Terra Alta), de garnacha blanca y macabeo, fue un magnífico acompañamiento para la comida. Llega lo sólido: -Bombón de morcilla y menta (masa ligera y relleno sabroso, buenos matices) -Conos de pimiento del piquillo y crema de puerro (impresionante masa con intenso sabor a pimiento, rico) - Helado de mejillones en escabeche y aceite de laurel (gloriosa preparación, potencia, matices, complejidad y textura, para levantarse y aplaudir) -Nuestro huerto
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