Buscábamos otro buen menú asequible en Bilbao y optamos por el de este restaurante.
Local algo escondido, con mucha madera y sensación de comodidad.
Mesas desnudas, servilletas de tela y copas excelentes.
Asesora David García y se ve claramente. Se ofrece una cocina calmada ("lasai" es "tranquilo" o "calmado") con base en el producto de calidad y con la vista puesta en la temporalidad. Escogimos su menú del día (Hiria, 39 €), pero hay menús más largos y también carta.
El fantástico sumiller Ander Fernández nos ayudó a elegir el vino. Optamos por Sierra de Toloño Nahikun Blanco 2024 (D.O.Ca. Rioja), cremoso y elegante. También probamos Finca Antigua Moscatel naturalmente dulce 2023 (D.O. La Mancha), untuoso y fresco, y La Bota de Palo Cortado 86 “Bota NO” (D.O. Montilla-Moriles), una maravilla.
Comimos:
-Crema de ajoblanco y sardina ahumada (ligero y acertado)
-Ensalada de verdinas y bogavante (aliñada como un salpicón, esplendorosa, producto, equilibrio y refinamiento)
-Presa ibérica, boniato y cebolla encurtida (buena carne en un punto óptimo, guarniciones mejorables)
-Helado de bollo de mantequilla (solicitamos probarlo al verlo en otro postre y accedieron gustosamente, buenísimo)
-Tartaleta de arándanos y helado de canela (rica tartaleta cuya unión con el helado funcionaba)
Buen café final.
El personal es un ejemplo de capacidad y ganas de agradar.
Pagamos 65 € por persona.
Pues disfruté mucho este menú, la verdad.
Preparaciones ajustadas al precio pero con mucho que contar y una sala que eleva el nivel de la experiencia de manera definitiva.
Me apeteció mucho probar el resto de la propuesta, la verdad.
Se ve criterio y se ven maneras.
Y calma.
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