Parece que el madrileño Thaï Gardens se traslada otra vez, así que quiero que mi crónica de aquella comida no se pierda para siempre (puesto que 11870.com procede a borrarla). Fue en junio de 2009 y la copio tal y como la escribí entonces:
Desde que entras, ya sabes que esto es otra cosa, será por aquello del lujo asiático. A buen seguro, es uno de los restaurantes más bonitos de nuestro país.
Cuando ya te has recuperado un poco de la impresión inicial, te das cuenta de que las mesas están demasiado juntas y son algo pequeñas.Manteles y servilletas de tela, cubertería y vajilla correctas.
La carta es enorme, pero nos decidimos por el menú degustación que se sirve en fuentes para compartir al precio de 36'38 € por persona.
En el tema del vino, la carta es corta, con alguna referencia interesante y a precios adecuados. Elegí un vino que, desgraciadamente, se había acabado y, tras unas consultas, nos ofrecieron otro que ellos consideraron similar en precio y tipo (y estaban en lo cierto). Fue un Guitián Godello 2008, un vino tremendamente complejo y equilibrado, buen maridaje para la difícil comida thai. Su precio: 20'15 €.
Pudimos probar:
-Entradas (todo muy correcto, especialmente agradables los Khung Phom Pha, langostinos envueltos en pasta de arroz y fritos y la especiada ensalada de vermicelli)
-Platos principales (espectacular el Panang Nua, buey con curry rojo y el Pat Thai, los famosos tallarines, el resto a buena altura)
-Thai Hom Mali (el clásico arroz, menos perfumado de lo esperado)
-Postres (decepcionantes)
El café estaba bueno.
El servicio fue correcto.
En general, mucha luz y alguna sombra en este restaurante donde enamorarte de la cocina thailandesa.
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