Declaro mi absoluta debilidad por las patatas fritas, por unas buenas, claro.
Estas lo son, mucho. No me atrevo a decir que son las mejores, pero son las mejores de las que tengo a mano habitualmente.
Procedentes de una tienda en la Parte Vieja de Donostia, aunque no se produzcan ahí, guardan el sabor de lo clásico. Buenas patatas y buen aceite (leo que picual), lo único que lo cambia todo.
Finas, crujientes y con marcada impronta del aceite, una delicia.
Cuestan unos 2 € la bolsa de 150 g., muy correcto.
Probadlas.
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