Había leído buenas cosas de esta cafetería donostiarra, me apetecía conocerla.
El local es amplio, minimalista y se ve un gran ambiente.
En la vitrina no hay mucha bollería pero tiene buena pinta.
Probé la tarta de zanahoria y, aunque algo seca, estaba buena.
Pero aquí la especialidad es el café. Hay muchas posibilidades, tanto de orígenes como de método. Ofrecen una opción muy interesante, probar dos medios cafés diferentes. Gran iniciativa. En esta ocasión eran Etiopía y Jaizkibel (mezcla de la casa). Más intenso el primero, ambos magníficos.
El personal es muy amable y los precios acordes con zona y producto (2 € un café, 3 la degustación de dos medios...).
Me encantó el proyecto. Los cafés de selección son presente y futuro, y aquí hay un gran ejemplo de ello.
Un aplauso.
El local es amplio, minimalista y se ve un gran ambiente.
En la vitrina no hay mucha bollería pero tiene buena pinta.
El personal es muy amable y los precios acordes con zona y producto (2 € un café, 3 la degustación de dos medios...).
Me encantó el proyecto. Los cafés de selección son presente y futuro, y aquí hay un gran ejemplo de ello.
Un aplauso.
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