Leí una vez que aquí se servía el mejor café de Barcelona, había que comprobarlo.
El croissant es bueno, tanto como la mermelada de naranja amarga y la mantequilla que lo acompañan. El café, en cambio, es sublime. Complejo e intenso, como debe ser.
Parece que sí, que este es el refugio barcelonés de los amantes del café.
No es barato, pero al menos es diferente.
El croissant es bueno, tanto como la mermelada de naranja amarga y la mantequilla que lo acompañan. El café, en cambio, es sublime. Complejo e intenso, como debe ser.
Parece que sí, que este es el refugio barcelonés de los amantes del café.
No es barato, pero al menos es diferente.
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