Viaje de grupo de amigos a Sevilla con alguna parada gastronómica interesante. Me detendré menos de lo acostumbrado pues esta vez la comida no era lo prioritario, pero al menos quiero que quede constancia.
En El traga vi muchas ganas de agradar y más honradez.
En el menú, nubes y claros. Muy bien un salmón ahumado con verduritas y no tanto ensaladilla y pulpo.
Me gustaría volver con más detenimiento.
En Sahumo también vi buenas intenciones, y eso no es poca cosa.
En lo gastronómico destacaría el tartar de corvina y el de carne, aunque pasado de punto de humo este último. Menos interesantes el ajoblanco, al que le fallaba la textura, las croquetas y los postres.
Tampoco me importaría repetir.
Entre molletes de manteca colorá con lomo, ¡qué espectáculo!, y de pringá no hubo tiempo para mucho más. Y si lo hubo mejor no recordarlo.
Siempre es un placer volver a Sevilla.
En El traga vi muchas ganas de agradar y más honradez.
En el menú, nubes y claros. Muy bien un salmón ahumado con verduritas y no tanto ensaladilla y pulpo.
Me gustaría volver con más detenimiento.
En Sahumo también vi buenas intenciones, y eso no es poca cosa.
En lo gastronómico destacaría el tartar de corvina y el de carne, aunque pasado de punto de humo este último. Menos interesantes el ajoblanco, al que le fallaba la textura, las croquetas y los postres.
Tampoco me importaría repetir.
Entre molletes de manteca colorá con lomo, ¡qué espectáculo!, y de pringá no hubo tiempo para mucho más. Y si lo hubo mejor no recordarlo.
Siempre es un placer volver a Sevilla.
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