Haranita es la segunda casa de Nakeima y su ubicación la hace más accesible. Voy.
No se puede reservar, así que a la aventura...
Barra y mesas altas en un local algo oscuro pero agradable.
Servilletas de papel.
La carta es tan corta como apetecible. Inspiración asiática y resoluciones refinadas. Únicamente se ofrecen tercios de Estrella Galicia y champagne por botellas. Asumo sus reglas, pero al menos un champagne abierto... Bebí cerveza, claro.
Llega la comida.
-Encurtidos caseros (aperitivo, correcto)
-Ensalada de callos (fríos, picantes y exquisitos, lo mejor de la comida)
-Siumai (de papada ibérica, buenísima masa, una delicia)
-Black bao (relleno de guiso de sepia con cilantro, un clásico de Nakeima, muy rico)
-Bunwich Mr. Chang (con panceta a baja temperatura y después lacada, goloso)
-Cochifrito (matices muy interesantes, aunque alguna pieza quedaba algo gomosa)
El personal se mostró amable.
Pagué 38 €.
Gran relación calidad-precio y una excelente sensación global. Sobra algún corsé pero lo cierto es que es parte del juego y lo hace divertido.
Los platos son tan frescos y complejos que invitan a probar toda la propuesta.
Espero volver pronto.
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