Una buena primera impresión, veamos...
Todo sigue igual en cuanto a local y concepto.
Para beber escogimos un agradable Juan Gil Etiqueta amarilla 2016 (D.O. Jumilla) y un decepcionante Albiker 2016 (D.O.Ca. Rioja).
Cenamos:
-Lobster roll (realmente un taco o un säam de gamba marinada, muy rico, para comerse unos cuantos)
-Chili crab (cangrejo de caparazón blando frito y con una salsa que, aunque pedía más alegría, estaba exquisita)
-Bocadillo de pato (seco y anodino)
-Gambas al aji-llo (gambas con ají y luego rebozadas y fritas, otro buen bocado)
-Lechecillas (con una salsa con muchos matices y enokis, correcto)
-Txokolate (varias texturas, algunas de llas muy interesantes, destacando la ganache)
-Mignardises (soso y desequilibrado)
-Copa de maracuyá (nada especial)
Recordaba mejor el café.
El personal tiene más ganas que escuela, pero cumple.
Pagamos 34 € por persona.
Me gusta la evolución que veo, hay criterio y ambición en esa diminuta cocina. Todavía hay altibajos, eso es obvio, pero ya hay preparaciones que merecen la visita por sí solas.
Profundizar en esas salsas y esos fondos parece la mejor idea. Estos platos viajados requieren sabor y técnica.
Ánimo.
Todo sigue igual en cuanto a local y concepto.
Para beber escogimos un agradable Juan Gil Etiqueta amarilla 2016 (D.O. Jumilla) y un decepcionante Albiker 2016 (D.O.Ca. Rioja).
Cenamos:
Recordaba mejor el café.
El personal tiene más ganas que escuela, pero cumple.
Pagamos 34 € por persona.
Me gusta la evolución que veo, hay criterio y ambición en esa diminuta cocina. Todavía hay altibajos, eso es obvio, pero ya hay preparaciones que merecen la visita por sí solas.
Profundizar en esas salsas y esos fondos parece la mejor idea. Estos platos viajados requieren sabor y técnica.
Ánimo.
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