Restaurante cantonés con decoración setentera, había que ir. Septiembre de 2020.
Parece un decorado de película china o hongkonesa de esa época, pero me gusta mucho. Ah, los patos también son de atrezzo.Mesas desnudas, servilletas de papel y copas pésimas.
-Mi zhi cha shao chang fen (una especie de canelones de masa fina rellenos de char siu, increíblemente sabrosos)-Shao ya (un cuarto de pato asado, jugoso y estupendo)Con el espectacular té verde se sirvió un buen bombón de matcha. Este té se quedará en mi recuerdo mucho tiempo.Carta variada y centrada en comida tradicional de esa zona. Dim sum, asados de pato y otras carnes y wok. No hay menú. En lo enológico requiere una revisión. Opté por una copa del ligero Bicos Albariño 2019 (D.O. Rías Baixas) y otra del poco interesante Los olmos 2018 (D.O. Ribera del Duero).
Cené:
-Xie rou xia ren shao mai (siu mai de cangrejo con gambas, muy delicados, un bocado exquisito)El personal fue amable.
Pagué 26 €.
Disfruté en este local. Precios comedidos, cocina bien ejecutada y sabores conseguidos.
Apto para varios tipos de público pero también para los que buscamos autenticidad.
Recomendable.
Comentarios
Publicar un comentario