Si los precios de Estambul eran en general altos, los precios de los restaurantes de pescado lo eran todavía más.
Este restaurante, dentro de todo, me pareció interesante y "pagable".
Sala preciosa a orillas del Bósforo. Todo pretendidamente noble.
Mesas desnudas y servilletas de tela.
La carta ofrece preparaciones con pescado, principalmente, con influencias de todo el Mediterráneo. No bebí vino debido a sus precios.
Llega la cena:
-Queso, aceite de oliva y pan (estupendo pan, correcto)
-Gambas con mantequilla y puré de judías Borlotti con chile ahumado (gambas locales muy pequeñas, sabroso)
-Lubina marinada en limón con salsa de pimiento asado (muy fresco y diferente, me encantó ese toque turco)
-Pulpo a la brasa, verdolaga, membrillo y pimienta ahumada (plato arruinado por un pulpo astilloso y sin gracia)
-Halva de leche quemada (una especie de pudin de leche con un maravilloso sabor tostado y frutos secos, delicioso)
El personal es muy irregular.
Pagamos 2300 ₺ por persona. Demasiado.
Es un buen restaurante, pero quiere ser más un sitio de moda que un sitio donde comer especialmente bien.
Ahora bien, la ubicación es impresionante. En eso destaca.
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