Alta pastelería para desayuno en el centro de Madrid, esa era la idea y este local fue el elegido.
El local es bonito, aunque algo frío.
El mostrador apetece hasta el infinito.
Me quedé con el cheesecake de dulce de leche y es realmente fantástico.
El café, servido antes de tiempo y por tanto ya frío, correcto.
El servicio, aunque amable, manejó mal los tiempos en todo momento.
Pagamos unos 7 € por persona.
Los dulces son de una calidad abrumadora, pero el resto de detalles ha de cuidarse. Ahora bien, el sitio es muy adecuado para desayunos y/o meriendas.
El local es bonito, aunque algo frío.
El mostrador apetece hasta el infinito.
Me quedé con el cheesecake de dulce de leche y es realmente fantástico.
El café, servido antes de tiempo y por tanto ya frío, correcto.
El servicio, aunque amable, manejó mal los tiempos en todo momento.
Pagamos unos 7 € por persona.
Los dulces son de una calidad abrumadora, pero el resto de detalles ha de cuidarse. Ahora bien, el sitio es muy adecuado para desayunos y/o meriendas.
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