Las Torres (Huesca) (IV)

Demasiado sin venir por aquí. Allá vamos.
Todo sigue en el mismo sitio.
Degustamos el menú llamado Frío frío invernal (40 €). La fórmula incluye vino, el correcto Edra Grullas de paso 2018 (I.G.P. Ribera del Gállego). También, para el postre, probé el fantástico Enate Gewürtztraminer dulce 2014 (D.O. Somontano).
Comimos:
-Snacks (crema de verduras y ternera, revuelto de setas y ternera y macarrones rellenos de ternera, excepcionales los macarrones, el resto muy mejorable)
El pan es siempre remarcable aquí, destacando esa focaccia con crema.
-Huesca-Teruel, de texturas y sabores anda la cosa (jamón, morcilla dulce, torteta, tomate seco, pan rosconero, torreznos, tierra verde, membrillo, granada, trufa y queso en una especie de ensalada que se hace algo pesada pero resulta interesante)
-Alcachofitas, cigala asada, cremoso de calamar (guiso marinero muy sabroso, magníficas alcachofas y cigala pasada, un plato muy agradable al que rebaja nivel la cocción del marisco)
-Bacalao, cardo, cacahuetes y pimentón (pescado algo anodino pero en un gran punto, excepcional guarnición)
-Pato Barbery, castañas al brandy, su hígado, pipas fritas y cardamomo (magret algo seco, buena espuma del foie y un conjunto muy goloso)
-Cítricos españoles mediterráneos (en diferentes texturas y preparaciones, postre fresco que me gustó bastante)
-Lamines (buen final)
Agradable café.
El servicio, comandado por Rafa Abadía, está a gran altura. Nada nuevo.
Pagamos unos 44 € por persona.
Esta casa es un seguro, hay algún defecto en los platos pero siempre se come bien y la impresión general es positiva.
El catálogo de preparaciones es amplísimo y siempre logran sorprender en sus menús, lo cual es fascinante.
Un sitio al que volver una y mil veces.









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