Comida sin grandes pretensiones en Bilbao.
Optamos por un atractivo menú del día en un bonito local. Veamos.
Espacio actual, orientado a la noche y a la coctelería y con varios espacios.
Mesas muy pequeñas con manteles individuales. Cierta incomodidad.
En julio había un menú degustación por 26 € los mediodías entre semana, pero ahora no lo veo en su web. La carta es ecléctica y apetece. En lo enológico, pocas referencias, pero seleccionadas. Bebimos 22 pies Crianza 2019 (D.O.Ca. Rioja), que me pareció correcto.
Comimos:
-Salmorejo cordobés con huevo cocido y jamón (sedoso, pero algo anodino)
-Gyozas de manitas glaseadas (muy ricas, potentes y bien hechas)
Plato de carta añadido al menú.
-Ravioli thai (papel de arroz con gambas, lechuga y hierbas, sin interés)
-Merluza en salsa verde con langostino y espárragos (muy clásico y eficaz, pero quitaría el huevo)
-Abanico con parmentier de patata y salsa barbacoa (exceso de dulzor, carne mediocre)
-Ravioli thai (papel de arroz con gambas, lechuga y hierbas, sin interés)
-Merluza en salsa verde con langostino y espárragos (muy clásico y eficaz, pero quitaría el huevo)
-Abanico con parmentier de patata y salsa barbacoa (exceso de dulzor, carne mediocre)
-Tiramisú de piña (me gustó mucho pese a parecer industrial)
Buen café final.
El personal se mostró amable.
Pagamos unos 40 € por persona.
Luces y sombras a precio contenido.
Se ven buenas ideas y criterio en cocina, pero hay limitaciones y salidas fáciles.
Con todo y con eso, volvería a probar alguna otra cosa.
Comentarios
Publicar un comentario