Isabelle Carré y Bernard Campan no logran salvar una película que solo consigue ser bonita.
Las segundas oportunidades, su valor y su necesidad son lo que nos quiere contar la cinta, pero el vino es el hilo conductor y la chispa adecuada de la historia.
Me gusta el amor al vino que transmite la película, pero ojalá profundizara ahí.
Todo es convencional y ahí es donde más patina.
Pero bueno, el vino acerca a las personas. Quedémonos con esa idea.
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