Una de las barras de marisco más impresionantes que haya visto está en Zaragoza. Ejemplares de gran calibre cocidos y crudos pueblan barra y mostradores. Las pizarras, eso sí, avisan de precios prohibitivos.
La idea, esta vez, era un frugal aperitivo.
Los mejillones de roca eran bien sabrosos.
La fritura de puntillas y pimientos también me gustó bastante.
Las cañas, bien tiradas.
Pagamos unos 30 € en total.
Buena experiencia.
Lo cierto es que apetece darse un homenaje en este local aunque, lo dicho, no parece barato. Intuyo calidad, eso sí.
Momento habrá para ello.
Comentarios
Publicar un comentario