Película tailandesa sobre una cocinera que trata de perseguir su sueño. Suena bien pero sabe mejor.
La ficción es brillante a la hora de reflejar el crecimiento personal, los orígenes y hasta la lucha de clases. A ratos se pierde, pues no parece tener claro su destino, pero se ve con muchísimo gusto.
Y qué bien usa la comida, qué maravilla. Me encantaría probar esos fideos, ese wagyu, esa chuleta de cerdo, ese pescado...
Le sobra la manida referencia a la Magdalena de Proust, pero aclara parte de sus vaivenes.
Ahora bien, con un final más potente sería...
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