Visité este bar hace unos (demasiados) años y me apetecía verlo de nuevo.
Ahora parece regentado por una familia china, pero en lo gastronómico sigue muy similar.
Esta vez probamos gambas panxudas (camarones soldado) al ajillo, que estaban impresionantes, y canyuts, siempre magníficos.
Cervezas bien tiradas, amabilidad, precios correctos (raciones entre 8 y 14 €) y esos productos... Una alegría.
Qué bien.
Comentarios
Publicar un comentario