La estancia en el Hotel Casa Cacao es una maravilla en sí mismo que, desde que estuve en abril, recomiendo a todas las personas a las que quiero.
Y sí, lo que esperaba con más ganas era el desayuno.
Todo estuvo a gran altura.
Desde el zumo de naranja al café, pasando por un estupendo chocolate.
De lo sólido, me quedo con el huevo crujiente con alcachofas y los dulces.
Qué atención, por cierto.
Pagamos 300 € por todo.
La coctelería, por cierto, también me pareció interesante.
Un placer.
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