Bocadillos interesantes en el centro de Zaragoza. Había que probarlos alguna vez...
Creo que tienen dos locales, acudí al de la calle Francisco Vitoria.
Decoración pretendidamente retro. Sensación de incomodidad.
Manteles individuales y servilletas de papel, copas pésimas.
La carta ofrece bocadillos y raciones sugerentes. No tomé vino.
Comimos:
-Frisela donuts (una burrata encima de frisela con tomate seco casero, albahaca frita y rúcula, el queso precisaba de mejor textura y mayor intensidad, fantásticos los tomates secos)-Halloumi en costra de almendras con salsa romesco (muy bien hecho, fantástico rebozado)-Bocadillo de pastrami (pastrami salmistrata, rúcula, mozzarella ahumada, pepino agridulce y salsa de mostaza y miel, rico pero la cantidad de carne debe aumentar bastante)Café mejorable.
El personal fue amable.
Pagamos, compartiendo todo, 19,50 € por persona.
Sensación final algo irregular, cosas bien hechas y otras no tanto. Realmente esperaba un poco más de un local que promete singularidad y eficacia.
Pese a todo, opción correcta para algo informal.
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